jueves, 25 de diciembre de 2014

Feliz Navidad

"Feliz Navidad"

Decimos esa frase continuamente durante estas fechas, sin ni siquiera creernos lo que decimos. Especialmente esta Navidad he notado un fuerte aire de odio y tristeza, pues son cada vez menos las personas que creen en la magia, que tienen ilusión o que conocen el verdadero espíritu. Yo, por desgracia, pertenezco a este grupo; cada vez hay más huecos en la mesa, huecos que muy difícilmente se volverán a llenar, cada Navidad veo lo muchísimo que he crecido en tan solo un año, y se nota en los regalos, en las sorpresas, cuándo soy yo la que hace el paripé de los Reyes Magos o cuándo me siento la mesa y entiendo lo que hablan "los mayores". Supongo que es ley de vida, pero creo que esta es la ley que más nos cuesta afrontar a todos. No me gustan las Navidades tampoco porque son épocas dónde se ha perdido la esencia, el detallito del día 6 de enero se ha convertido en otra de las grandes razones para gastar, comprar, esperar largas colas, ofrecer una oportunidad más al marketing y tener una excusa para sustituir el vacío de amor y cariño que falta en el mundo, por grandes regalos que ninguno necesitamos. Lo que en un principio era un motivo más para reunirte con los familiares, ahora es una excusa para verlos. Por no hablar de los villancicos, que no he oído ni uno estos días, ¿dónde quedaron, eh?

Llamadme negativa, pero no lo puedo ver de otra manera. Este año me propuse mirar estas fechas con alegría, buscar lo poco que queda de mi infancia y sentir el verdadero espíritu; pero ha pasado todo lo contrario, intentando buscar, sólo he encontrado el materialismo y la falta de ilusión a la que nos enfrentamos cada año, pues eso es en lo nos hemos convertido. Decídme entonces ¿por qué iba a tener una feliz Navidad?

domingo, 21 de diciembre de 2014

Sin fin.


Me cansé.

Me cansé de sentir cosas que ni si quiera quiero sentir, de decir cosas que no pienso, de llorar pérdidas que nunca tuve, de ayudar al me retiró la mano, de vivir cuándo no sé ni lo que es, de saber sin entender, de aprender sin curiosidad y de memorizar sin querer. Me cansé de sentir.

Me cansé de vivir en un mundo hipócrita dónde yo soy la primera pecadora, de vivir con miedo, al qué, al cómo y al por qué "dirán", de vivir sin gritar, sin sentir y sin ser, de vivir encerrada en un mundo vacío, de vivir para demostrar, de estar controlada por el poderoso caballero Don Dinero y algún mindundi con demasiado poder. Me cansé de vivir.

Me cansé de sufrir por cada pérdida, por cada caída y por cada golpe, de sufrir por no ser quién soy y por no saber quién eres. Me cansé de sufrir por ti, por ella, por él, por nosotros, por vosotros y por mi. Me cansé de sufrir.

Me cansé de aguantar la risa, las lágrimas, la rabia y la euforia, de aguantar que me chillen, que me mangoneen, que me controlen, que me digan, que me ordenen, que me prohíban, que me callen, que me compren, que me vendan, me cansé de aguantar una sonrisa cuando mi interior ardía de rabia. Me cansé de aguantar.

Me cansé, ya está, se acabó. No puedo más me cansé de tantas cosas, que la lista sería interminable.

Pero hay algo de lo que no me he cansado. No me he cansado de luchar, pienso seguir, y por agotada que esté, la pequeña guerrera no dejará sus armas. 

Tu destrucción

Piensas, piensas y vuelves a pensar, ni siquiera cuando duermes dejas de pensar, porque a decir verdad, los sueños no son otra cosa que pensamientos vagos. Estamos todo el día pensando en mil cosas, y lo cierto es que llega un punto en el que se torna molesto.

Soy una persona que pienso mucho, demasiado, y todo me lleva a sentirme culpable fácilmente, a mirar los pros y los contra de TODO, a no tomar decisiones precipitadas, a organizar mi día con horarios inconscientemente o que una sencilla decisión se vuelva un mundo para mi cabeza. Vamos, que estar en mi cerebro es como entrar en caos bien organizado, y creédme, cansa. Pero bueno, tiene su lado positivo y es que pensar, a veces, evita cometer errores o si eres muy inteligente a no arrepentirte de ellos y aprender a no cometerlos de nuevo.

Amigos, pensar es la esencia del ser humano, y su destrucción.