Piensas, piensas y vuelves a pensar, ni siquiera cuando duermes dejas de pensar, porque a decir verdad, los sueños no son otra cosa que pensamientos vagos. Estamos todo el día pensando en mil cosas, y lo cierto es que llega un punto en el que se torna molesto.
Soy una persona que pienso mucho, demasiado, y todo me lleva a sentirme culpable fácilmente, a mirar los pros y los contra de TODO, a no tomar decisiones precipitadas, a organizar mi día con horarios inconscientemente o que una sencilla decisión se vuelva un mundo para mi cabeza. Vamos, que estar en mi cerebro es como entrar en caos bien organizado, y creédme, cansa. Pero bueno, tiene su lado positivo y es que pensar, a veces, evita cometer errores o si eres muy inteligente a no arrepentirte de ellos y aprender a no cometerlos de nuevo.
Amigos, pensar es la esencia del ser humano, y su destrucción.
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