sábado, 30 de mayo de 2015

We're all mad here

Aquí estamos todos locos. Y menos mal que lo estamos. Porque de no ser así, nos convertiríamos en personas normales, y entonces sí que tendríamos problemas.

La locura está escrita en nuestro ADN, no tenemos escapatoria, estás loco y es mejor que lo reconozcas antes de que alguien te trate como una persona normal. La primera definición de loco es "que ha perdido la razón". ¿Cómo se pierde la razón si cada uno tiene la suya? ¿Es que hay una fijada? ¿Cuál es? Por lo tanto, ¿todos los niños están locos? ¿Quién dice que es lo normal? ¿Quién dicta la norma racional? ¿Eres tú? ¿Es él? ¿Soy yo? No. claro que no. Un loco, según mi desordenada razón, es aquel se arriesga, aquel que lucha, aquel que inventa,  los pioneros, el que le da igual, el frenético, el desordenado, el tonto, el listo, el soñador y el perdedor. Todos. 

Acusaron de loco al primero que dijo que la Tierra era redonda. También fue un loco el que corría en dirección contraria. No se escapó de la hoguera Juana de Arco; curioso que 500 años después fuera perdonada, aunque en realidad, nunca dejó de ser una majareta. Lo de Juana la Loca ya es un chiste y lo de Joseph Kittinger (el loco que saltó desde la estratosfera) es completamente irracional. No podemos olvidar a los que dan todo por amor, esos sin duda son los más locos de todos y los que mueren defendiendo su idea no tienen ni nombre.

Confundimos a los locos con los psicópatas. Los locos cambian el mundo, y dado que todos podemos cambiar el mundo, de la locura no se escapa nadie. El problema es que le tenemos miedo a esa palabra (por si nos toman por psicópatas) y por eso hay pocos cambios en este mundo. Por tanto, loco es sinónimo de cambio, y como los cambios nos asustan, está implícito que le tengamos miedos a los dementes. Pero te digo yo, que no es que unos sean más normales que otros, sino que algunos lo esconden mejor. Así que loco es sinónimo de cambio, y como los cambios nos asustan, está implícito que le tengamos miedos a los chalados. 

Querido loco, tú que estás leyendo esto, atrévete a hacer esa locura que tanto llevas pensando. Siéntete orgulloso de ser un loco, un demente, un chiflado, un majareta, un desequilibrado y un lunático. 

Porque aquí estamos todos locos. Y menos mal que lo estamos.


sábado, 16 de mayo de 2015

Buen sabor de boca

¿Alguna vez te has preguntado el por qué?
Simplemente no lo vuelvas a hacer. Simplemente deja de preguntarte cosas y déjate llevar. Simplemente olvida por un momento que existen consecuencias y castigos, y simplemente, disfruta.

Quizás este es nuestro problema, estamos tan obcecados en el futuro y en lo que va a pasar, que olvidamos lo que está pasando. No tenemos ni idea de las cosas buenas que tiene la vida, porque en todo momento pensamos que se acabarán, en algún momento, algún día, eso se acabará, y probablemente nunca vuelva, pero ¿y qué? Vendrá algo mejor, o quizás no, pero algo vendrá, seguro.

"Las buenas cosas se toman en pequeñas dosis" Creo en esa frase. Debemos disfrutar las cosas poco a poco, de lo contrario no terminaría quemando. Todo aquello que cae en la rutina acaba cansando y se termina odiando. Por eso digo que disfrutes lo que te gusta, que dejes de preguntarte por
qué se acaba o por qué está ahí. Por eso cuando disfrutes, disfruta. En algún momento se acabará sí, pero no te quedarás con ese mal sabor de boca que nos deja eso de no haberlo aprovechado.

viernes, 8 de mayo de 2015

Porque a mí


¿Por qué a mí? Por qué a mí, cuando en realidad quieres preguntar que por qué no él. Por qué a mí cuando alargas la pregunta más de la cuenta y sólo quieres preguntar por qué. Por qué a mí, cuando no acabas las frase y olvidas decir `a mí que soy tan bueno´. Por qué a mí si ya me ha pasado todo lo que me puede pasar, por qué a mí si nada puede ser peor, por qué a mí que lo he hecho todo tan bien. ¿Por qué a mí y no a ti? Por qué a mí?


La pregunta revela la parte egocéntrica y narcisista que todos tenemos bien guardada. Unos mejor que otros. También muestra un toque de desesperación al no saber qué más puede pasar. No olvidemos la parte egoísta que sale a la luz y por supuesto, la parte dónde no se nos ocurre pregunta mejor para justificar que la culpa no es nuestra. La pregunta enseña la agonía más grande que podrás sentir. La pregunta se hace cuando crees no merecer lo que te pasa, pero siento decirte, que eso es precisamente lo que te mereces. Y no vengas con cuentos, porque en el fondo, todos sabemos quién eres. 

A decir verdad, la pregunta no es una pregunta, es una excusa. Un maldita excusa. Si te ha tocado vivir eso, no te preguntes por qué a ti, pregúntate qué hacer. Deja de perder el tiempo intentando buscar otro culpable y justificando que la vida te trata mal. Tampoco te bases e el destino o en la suerte, ni el karma, ni en un Dios. Aprende esto, TÚ. Tú solucionarás tus problemas, tú has ganado todo lo que tienes, tú mereces todo lo que eres, tú puede salir de ahí. Y todo lo demás, son simples excusas que no llegarán a nada. Por eso, quita los signos de interrogación, y di `Porque a mí´y cuando la acabes, tendrás la solución. Porque a mí, nada me puede. Y fin.