sábado, 2 de abril de 2016

Adictos

No Billy, no conseguirás deshacerte de tus sombras bajo los efectos de esa mierda. Ninguna droga es lo suficientemente fuerte como para corromper tus miedos, y que seas un jodido egoísta no es excusa para que atraigas la muerte prematura. No voy a permitir que seas ese puto cobarde en el que te has querido convertir y dejes a tu madre sollozando porque su hijo no tuvo cojones suficientes como para asumir su propia existencia. Así que deja esa mentira a la que estás enganchado y búscate un talento. ¿Aún te quedan excusas? Un par de fracasos consecutivos y asumes que lo has perdido todo. El valor, colega, el valor es lo último que se pierde, ni siquiera la esperanza, esa se escapa a manos de lo altamente improbable. Pero aún te queda el maldito instinto de supervivencia, esa valentía inexplicable que te acompaña desde que recibiste tu primera paliza, y no voy a dejar que te autocompadezcas y sucumbas a la desesperación, no victimices tu postura y acepta que esto es más fácil de lo que quieres creer.

Adopta una visión holística de tu verdad y solo entonces comprenderás por qué te estás mintiendo. Te enfrentas a una realidad triste, rota, que te duele, una realidad lúgubre cual desván de los recuerdos, y todo por un puro conformismo mal pagado. Te resignas a lo que te ha tocado vivir, llamas sueños a las aspiraciones, y esa es la peor de tus mentiras, te estás conformando con lo posible.

Tu verdad está hecha añicos, tú mismo la cortaste con las tijeras del autoengaño y ahora es tarea difícil encontrar un pedazo entero de realidad. Te mientes porque lo necesitas, porque así consigues conformarte con tu rutina redundante, porque no tienes el suficiente coraje como para asumir que el único que tiene derecho y elección sobre tu vida eres tú, porque es más fácil incluir la palabra "culpa" en el diccionario de las excusas, a aceptar que eres responsables de ti mismo. Quizás el fracaso es una palabra que a nadie nos gusta pronunciar, mucho menos saborear, y por eso recurres a aquello que te exime de toda responsabilidad: Los "peros". Esa, esa droga es la que te está matando, ese es tu verdadero problema. 

lunes, 1 de febrero de 2016

(In)cierto

Encuentro refugio en la nada, en el preludio a cada momento, en el limbo existencial del todo. Ser sin ser. Me cobijo en la incertidumbre, en el hoy sin ayer ni mañana, allí donde todo y nada es posible. Una mezcla de ignorancia y no querer saber, indiferencia a lo que va a suceder.

Futuro incierto, pasado olvidado y ¿presente? Ni una elección, puro descontrol. Mi confort, mi caos. Enamorada de la indecisión y el desastre. La omnipresencia. Maldita gana de ser estable. Compromisos y demás gilipolleces. Hoy el dilema será entre la espada y la pared. Puta teoría de la libertad, elegir me está matando. Dime qué hacer para desobedecer y solo entonces seré libre. Hambre de tanto pensar, y arcadas de tanto sentir. Anhelo de la inexistencia, un paso por delante de la muerte. No soy consciente de los días ni de los que miran. Vivo encerrada en un cárcel sin barrotes, dónde decidir es mi condena. Muero en un descampado en mitad de una reflexión. 

Las horas acabarán con el cadáver del reloj y a mí me lapidará un sueño imposible. Maldita redundante vida, basada es bases y mentiras del estilo. ¿Quién impuso la primera regla? Un malaventurado día de junio opté por preguntármelo y aquí me hallo, sin respuesta desde el día que nací. Prometo regalarle mi futuro al que tomó la primera decisión. Me jodiste la vida, chaval. Os preguntaréis quién osa vivir en un mundo de dudas. Me presento. Y me voy. 

domingo, 3 de enero de 2016

Intocables

¿Cuándo se superan los límites de lo racional? ¿Cuándo raya lo sentimental? ¿Cuándo encontró Harry a Sally? Cuando parece una locura. Cuando piensas que estás loco, que lo que dices no tiene ni pies ni cabeza, porque tiene corazón, cuando piensas que no estás cuerdo, eres un Jonathan Harker encerrado en un oscuro castillo, cuando la decisión equivocada sigue pareciendo la más "lógica" con tal de no perder a esa persona, cuando te tortura la idea de marcharte, cuando pasas a ser Nemo Nobody antes de perder el tren. Dudas de tu propia identidad, de los valores que tienes, cual Walter Black y su castor, dudas si dejarte atrás a ti mismo o avanzar con todo, así como Mia a sus 17 años. Intentas buscar una única respuesta, una única solución, nada de ambigüedades, ser un Leonard Shelby cada día. 

Finalmente lo que quieres es ser Invencible, un Louis Zamperini, tener claro en todo momento lo que es más conveniente, lo más racional. ¿Sentimientos? -Menuda gilipollez, diría Clyde Shelton. Y así acabaremos todos como Melvin Udall, solos, intentando entender la pasión, el odio, el amor, la confianza y la envidia, como si pudiéramos sentir la teoría de la relatividad o la la raíz cuadrada de veinticuatro. Yo lo único que quiero descubrir es el secreto de tus ojos, Irene, y dejar fluir cada gota de emoción, de locura, de Tom y de Summer.