sábado, 26 de diciembre de 2015

Reina de la nada

Sientes que nada vale a pena, que todo en realidad es nada, que no hay nada por lo que luchar, nada que arreglar, has perdido la confianza en el cambio y crees que todo lo que te queda es esperar. Y así, hasta el final.

Seguirás acumulando decepciones en el desván, guardando desilusiones en cajas y amontonando la tristeza de lo que no pudo ser, llenarás estanterías de lo que anhelabas, apilarás trozos de contrariedad y almacenarás la infelicidad. Serán los tesoros que no quisiste encontrar. Y en algún remoto lugar, encontrarás el saco lleno de agujeros para guardar alegrías, un saco roto, un saco olvidado, un saco que ni siquiera existe, alegrías que no caben, alegrías inocentes, alegrías que se caen. Y así irás construyendo el templo de los recuerdos, a base de desconfianza y miedo, sin creer en nadie ni en nada, viviendo en un sin vivir, mirando sólo para atrás.  Reina del escepticismo de un reino vacío y maltrecho. ¿Y todo por qué? Puro orgullo de mierda. Mírate ahora, ni si quiera puedes entenderlo, ¿en qué momento dejaste de ser tú?

Y así ¿hasta el final? 




martes, 24 de noviembre de 2015

Inrrealidad

Y termina la vida, la de él, la de ella, la del más allegado y la del más remoto lugar del mundo. Así es, acaba, y duele, porque es en ese momento cuando te das cuenta de que esa persona era parte de tu vida, y con ella, muere una gran parte de ti. Y lloras, no por la pérdida, que en realidad no lo es, porque no se pierde algo que no es tuyo, lloras porque hay algo que no muere: tú. Todos tus sentimientos hacia esa  persona quedan vivos, el cariño, la rabia, la culpa, la alegría, la nostalgia de aquel día y el deseo de mil más. Porque sí, esa persona se va pero todo lo que hay en ti no, y ¿qué se supone que vas a hacer con tanto amor sin repartir que llevaba una etiqueta con su nombre?


Hay un momento en el que la persona ya se ha ido, pero tú aún no lo sabes. Es a lo que yo llamo "inrrealidad". De alguna manera, esté o no esté, el hecho de creer que sí, te mantiene cuerdo, inconsciente de la realidad, lo que viene siendo la felicidad del ignorante, y ese momento, dure segundos, dure años, la persona sigue estando viva para ti. En ese momento "inrreal" tienes la esperanza más verdadera que existe, porque esperas con toda sinceridad ver de nuevo a esa persona, sin conciencia de que eso no pasará.

Y llega, inevitablemente, la noticia, tan de repente, tan sin avisar, tan sin llamar a la puerta, que parece imposible. Y a partir de ese momento, tienes toda una vida para negar lo más evidente. Para nosotros, animales diferenciados por sentimientos disfrazados de razón, es dura la lucha de afrontar algo tan grande como la muerte, por eso, te agarras al imposible, al viaje del que nunca vuelve, a las falsas teorías que montas en tu cabeza de dónde puede estar y buscar la venganza como medio para llenar un hueco que no se cerrará. Pero si con esto no es suficiente para no aceptar que se fue, todavía hay alguien que te suelta la maldita frase "siempre estará vivo en tu recuerdo". La forma más esperanzadora de joderte la vida, pues tienes que vivir con la enorme carga  de recordar a alguien que ya no está para que nunca muera.


Pequeños regalos

¿Qué sería de la vida sin la muerte? ¿Qué sería del hoy sin el miedo al mañana? Y ya no preguntemos ¿Qué sería del inicio sin el fin? Anhelamos la eternidad, la inmortalidad, el infinito, sin darnos cuenta de que el fin es el primer paso para amar lo que tenemos. Y bien, ¿qué ganaríamos si de verdad las cosas no terminasen?

Por suerte, todo acaba. Y digo por suerte, porque es la única manera de encontrarle sentido a su existencia, de entender por qué tuvo cabida en este mundo. Ya puede ser lo más maravilloso que imagines, puede que desees parar el tiempo y que nada avance, pero si no termina, jamás entenderías por qué fue extraordinario. Todo termina, y somos lo bastante humanos como para no querer que nuestro momento de felicidad acabe, pero es mejor así, créeme, así se disfrutan los pequeños regalos, con la mezcla de temor a un fin muy próximo, y la alegría de saber que se tiene.

No quiero decir con todo esto, la lección que ya todos tenemos más que aprendida"aprovecha lo que tienes", sino que no sufras cuando algo deja de ser lo que era, al fin y al cabo, las cosas inevitablemente se normalizan y dejan de ser especiales. Pero llegarán más, por eso no te preocupes, simplemente vívelo, y mantelo presente con el recuerdo, y el deseo de que algo así te despierte una vez más de la somnolienta rutina.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Y fin

Se acaba. Todo esto se acaba. Todo lo que tuvimos tú y yo, todo lo que un día no supe decir, todo lo que se quedó corto, todo lo que no nos atrevimos a pronunciar, aquello que nunca me llegaste a decir y eso que jamás pude entender. 

Se desvanece entre mis manos y no puedo hacer nada, se va, se va tan lejos que es imposible que llegue algún día a encontrarlo de nuevo, pero llévame, llévame contigo, da igual dónde, pero no me demuestres que esto acaba así. Un segundo, un segundo más para disfrutar de lo único que me hace vivir. Te quiero cerca, no te quiero a 1797 km, ni a 20, te quiero a un milímetro, te quiero tan cerca que no pueda respirar, te quiero de todas las formas posibles que se puede querer a alguien. Pero sobre todo, te quiero aquí. 

Es como estar a una distancia que supera el infinito. No me hagas pronunciarlo, no me hagas decirte una última palabra, no me dejes con estos recuerdos, no me expliques nada más, no me enseñes a decir adiós, no trates de convencerme de que esto es lo que me toca a partir de ahora porque es como estar atada a un hilo invisible dónde nadie sabe que te ahogas, dónde tus cadenas no existen pero aún sigues atado. 

Pero se acaba, TODO se acaba.

FIN.

sábado, 10 de octubre de 2015

Caos

Lo triste de todo esto es que creo tener el poder de controlarlo todo, a veces pienso que con un poco de organización puedo manejar el tiempo y hacerlo mío, que puedo encauzar los ríos al mar que yo decida, me creo tan fuerte esta mentira que casi se convierte en verdad. Pero lo cierto es que cualquier mínimo cambio, hace descarrilar a cualquier gran plan. Y entonces todo se derrumba, empieza a caer, y todo lo que había preparado con tanto detalle empieza ser un enorme caos, que como ello implica, es un completo descontrol.

Y así vivo, en una constante batalla contra la desorganización, la locura y el desastre, haciendo de mí una perfecta caótica, con una delgada y falsa capa de orden.

Dicen que "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo", esta es una teoría que surge del propio caos, de lo incontrolable, que cada decisión puede arrastrar un mundo diferente, paralelo al que habías pensado. Es agobiante vivir con esta constante incertidumbre, de no saber realmente nada, de no tener ni la menor idea de lo que puede suceder en el futuro, de que una persona que está a miles de kilómetros, que quizás ni conoces, puede influir en toda tu vida. A lo mejor si él no hubiera perdido las llaves, podría haber salido antes, y haberte chocado con la persona que hoy podría ser tu confidente. Pero las perdió, y no te chocaste con nadie, pero en ese camino pensaste en lo maravilloso que es estar en una ciudad tan grande y pasear solo, aislado con tus pensamientos.  Y por eso brindo por el día que no nos conocimos, no porque me hubiera ido mal, o mejor, sino porque aprendí que cada paso hay que valorarlo, aprendí que en esas determinadas circunstancias, estoy yo, y que estoy por algo, y que por mucho que planee cada momento, todo dependerá del todo. Y así somos esas mariposas, en constante cambio, aleteando por todo el mundo, provocando el caos por dónde quiera que pasamos.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Mundo de opciones

Vuelvo a estar perdida en un mundo de opciones. De nuevo no sé qué hacer con tantas dudas. He tenido que cerrar puertas de las que nunca hubiera salido. He abierto puertas que no puedo cerrar. No existe la opción de dejarlas entreabiertas. Otra vez me veo obligada a elegir entre lo que puedo y lo que quiero. 

Cada decisión es una menos, cada decisión reduce la tabla de posibilidades, cada decisión es un paso hacia el futuro, pero cada decisión incrementa su importancia cada día, es más difícil. Estoy cansada de elegir y elegir, y que toda mi vida sea una decisión desde que decido levantarme hasta que me acuesto. Y sé que será así para el resto de mis días, pero no puedo evitar sentirme frustrada cuando veo que tomas millones de decisiones y parecen cada vez más estúpidamente relevantes.

domingo, 20 de septiembre de 2015

El libro que está sobre el estante

Quería escribir de todo, de todo lo que pasa en un momento. Del libro que está sobre el estante a la izquierda del trofeo que ganaste el día que empezó aquella historia que nunca me contaste, de ese pañuelo violeta que te compraste en aquella tiendecita en la esquina de la calle en la que me encontraste, de la locura que cometí aquel día cuando estaba sentada en el parque dónde me miraste. Me faltaban palabras, huían de mí con temor a que las escribiera, era tan mágico que parecía real. Y es la gracia que tuvo aquel día, que lo escribí todo, todo lo que nos pasó en un momento, todo lo que vivimos en un solo segundo. Es lo bonito que tenemos, que pudimos inmortalizarlo de la manera más bonita que puede existir: expresándolo. No fue fácil, no, para nada, las palabras eran insuficientes, materializar lo irreal era la más dura tarea, de hecho, fue tan difícil que un momento me planteé dejar de escribir y empezar a simplemente soñar. Pero ahí seguí, inventando las palabras que no existían, intentando que todo cuadrara, porque era demasiado bonito, temía que si no lo escribía hubiera quedado simplemente en mi imaginación, porque no podía pensar que en un momento como aquel todo quedara en vano. Porque mi vida quedaría reducida a la nada si caía en la trampa de la realidad. Porque necesitaba escribir de todo, de todo lo que pasa en un momento.




viernes, 18 de septiembre de 2015

Balas sin dirección

Balas como palabras, balas como intentos de sembrar el pánico en ti, balas que asustan, balas que te cambian. Son como cápsulas cargadas de sentimientos y pensamientos. No hay ninguna bala que pase desapercibida. Se forman a base de experiencias, momentos de inspiración, necesidad de expresarse de cualquier manera, rabia, frustración, alegría, ganas de cambiar el mundo y la imposibilidad de callarme un segundo más. Salen disparadas llenas de valor, ilusión, fuerza, valentía, miedo, emoción y entusiasmo. Pero salen sin dirección.

Sin dirección porque son balas que disparo simplemente por el placer de disparar, no tienen un objetivo mayor que el gustazo de dispararlas, de escribirlas. Escribo porque tengo esa necesidad, pero el día que deje de disfrutarlo, dejaré de hacerlo, el día que no quiera escribir no escribiré, y el día que acabe una entrada y no se mueva nada en mí, cerraré esta etapa de mi vida. Cuando disparo en ningún momento he tenido una víctima en la cabeza, no he escrito por y para nadie, ni pensando en dedicárselo a alguien o pretendiendo que un "especial" lo lea. Pero tú tuviste la mala suerte de pasar por delante y que la bala te atravesara, a veces se quedará dentro, y otras supongo que entra tan fácil como sale. ¿Para qué lo compartes? Te preguntarás, pues por el maravillosos  hecho de que las balas poco a poco dejaron de ser mías y empezaron a ser nuestras, porque no puedo negar que los comentarios y los debates que se generan por ellas me tienen enganchada. Sin dirección pero con sorpresas. Y esas sorpresas sois ustedes. 

Balas sin dirección. 



jueves, 10 de septiembre de 2015

Cabos

Y entonces aparece. Llega esa persona que suelta esa palabra que no tiene sentido. La suelta sin pensar. Y siembra el pánico. En ti. En tu cerebro. En tu vida. CAMBIO

Ya está, ya no hay vuelta atrás, tienes el cambio metido en tu cerebro. No puedes dejar de darle vueltas a la palabra. La repites una y otra vez. Porque te da miedo. Y crees que no, pero sí. Tu puñetera condición humana te obliga a la rutina y a las costumbres, y cuando un cambio se avecina te da pavor. Ya el pánico se ha apoderado de ti porque en realidad no sabes qué hacer. Te han dicho esa jodida palabra, que a saber qué listillo se atrevió a pronunciar, y te han fastidiado pero bien. Y sabes que lo necesitas. Sabes que no puedes seguir así, que llevas demasiado tiempo en lo mismo. "A partir de hoy las cosas empezaran a ser diferentes" te repites entredientes mientras sigues sentado en el mismo banco, rodeado de las mismas personas y en el mismo sitio en el que vives desde hace años, porque el mundo es demasiado grande para ti. Quieres cambiar pero no sabes como, o sí sabes; pero, y si, aunque... Que te lo digo yo, que tienes miedo, que quieres hacer muchas cosas, descubrir, moverte, conocer, ampliar; pero siempre hay un pero, algún cabo que debes dejar bien atado, ese mismo cabo que no te deja cambiar. Ese mismo cabo que te ata a tu tierra, a tu gente, a tu zona de confort. A esa zona de confort monótona y aburrida en la que ya ni siquiera sabes si estás cómodo. Pero el gran problema es que necesitas hacerlo.

                                            

¿Y si lo llamamos desarrollo, o evolución? Asusta menos, ¿eh? Es que en realidad cuando las cosas cambian, no dejan de ser lo que eran, sino que se transforman. Porque el pasado no se puede modificar, algo que era no deja de ser, sino que pasa a ser una mejor versión de sí misma. Y te digo algo más, vivimos en constante evolución, pues cada palabra, cada segundo, cada persona te aporta una pequeña gota de "cambio" en tu vida. Pero hay personas que necesitamos evoluciones a lo bestia. Ampliar la zona de confort o salir directamente de ella. Los que necesitamos océanos de cambios. Los que nos gustan que nos siembren miedo y vivir en constante tensión. Nosotros somos los que realmente vivimos.

¿Cuántos cabos te quedan por atar?

domingo, 16 de agosto de 2015

Cuando te vayas



Cuando te vayas yo ya no estaré. Me habré cansado de esperar. Estaré tan lejos que seré invisible a tu vista. Cuando te vayas yo ya me habré ido. Sin explicación, sin decir adiós, sin el último "te quiero". Cuando te vayas ya habré dado varias vueltas a la cerradura para asegurarme que nadie más puede entrar. Ya habré tirado la llave al océano de dudas que dejamos, para asegurarme de no volver a entrar. Será demasiado tarde para pedir disculpas, para arrepentimientos, para culpas, para llorar. Cuando te vayas no habrá vuelta atrás. No habrá rectificaciones ni momentos para tomar un descanso. Todo será diferente. Recuerda esto: nada volverá a ser lo que era. Ni siquiera sabrás quién soy, no podrás entender qué paso en el momento del último suspiro. No lo entenderás. Habrá sido como una locura, una alucinación, un deseo, un sueño. 

Y desde ese momento, nunca más podrás hacer eso que tanto amas, pronunciar esa palabra que tanto te gusta, reírte como aquel jueves, no podrás cumplir tus sueños que se quedaron es simples deseos, no podrás divagar en ideas estúpidas, mirar las nubes, cantar, mojarte con la lluvia, mirar ese cuadro que tienes colgado en tu salón pero al que no le prestas atención. No podrás subir al Empire State Building, ni gritar aquello que tanto callaste. Cuando te vayas, no te quedará más opción que aceptar que te has ido. Y que yo no estaré. Nunca más. Nada volverá a ser lo que era.


Fdo: El tiempo.

sábado, 8 de agosto de 2015

Me olvidé de soñar

Me olvidé de soñar. Que alguien me recuerde cómo se hacía porque no me acuerdo. Es que me levanté una mañana y me di cuenta de que no sabía soñar, que era incapaz de perderme en mis mundos. ¿Queda alguien en este mundo que aún sepa soñar? Necesito ayuda, de verdad. 

No soñar es como morir lentamente, como si estuvieras toda tu vida agonizando, sin esperar que nada pase, sin que nada te sorprenda, sin dejar que la vida te regale tu momento, no soñar es como matar una estrella cada día; para que nos entendamos, es como si vivieras en una rutina de la que no puedes escapar. Un sueño es sinónimo de una ilusión. ¿Y qué es la vida sin ilusión? Pues eso, nada. 

Entonces, ¿cuento contigo para volver a soñar y de esa manera, empezar a vivir? Para empezar exijo soñar cada día, soñar cosas grandes, pequeñas, imposibles, verdaderas. Para continuar quiero soñar cosas que no voy cumplir, cosas que podré hacer cada día y cosas que pueda hacer una única vez. Me niego a pasar un solo día sin ilusión, un día en el que quedarme en la cama sea la opción más acertada. Y para terminar quiero que morirme sabiendo que he cumplido tantos sueños como los que nunca pude cumplir. Además quiero que mi herencia sea un legado de cosas sin terminar, pero que comenzaron siendo enormes sueños que otros deberán acabar. Por mí y por ellos mismos. 

¿Queda alguien en este mundo que aún sepa soñar? Necesito ayuda, de verdad.

sábado, 1 de agosto de 2015

Espera

Simplemente no puedo más. Voy a parar de una vez. Me acabo de caer al suelo y aún no me voy a quitar el polvo, levantarme y seguir, de momento me voy a quedar sentada en el suelo y esperar. No se a qué, si a recomponer fuerzas, cargar energías, que sanen las heridas o a que otro haga ese parte del camino por mí. No sé a qué voy a esperar, pero sé que algo pasará. Me niego a levantarme sin fuerzas y volverme a caer diez pasos más adelante. 

Creo que a veces somos impacientes, que nos hacemos los duros e invencibles, y nos da miedo reconocer nuestro fracaso, y cuando nos llega no sabemos esperar, reconocerlo y aprender. A veces nos puede la desesperación por levantarnos, y por eso desde que podemos empezamos a correr. Puede que ese sea mi fallo, que quiero continuar por encima de todos los medios. Pues eso, que esta vez no, que esta vez me abrazo al suelo y esperaré. Simplemente esta vez me quedo aquí.

Quiero hacerlo

Hoy voy a poner la música a todo volumen. Hoy voy a chillar todo lo que nunca he dicho. Hoy voy a correr hasta quedarme sin aliento. Voy a saltar hasta alanzar las nubes. Llorar hasta quedarme sin lágrimas. Reír sin cesar. Volar. Y hoy voy a hacer todo lo que nunca he hecho por falta de coraje. Hoy quiero hacer lo que quiero hacer.

Quiero dejar la perfección a un lado, hoy voy a eliminar el concepto que no mantiene atados desde que tenemos conciencia. Estoy cansada de hacer lo correcto, lo que debo, lo que necesito. Hoy por fin me he decidido y voy a hacer lo que quiero. Porque puedo, porque me apetece y porque me da la gana. ¿Y sabes qué? No me importa la consecuencia. ¿Y quieres saber algo más? No las pienso asumir. No, es más, te las regalo. Para ti, no la quiero.

Hoy voy a ser libre y voy a dejarme llevar, voy a olvidarme del mundo y voy a olvidarme de que existes tú. Hoy voy a ser muy egoísta y lo voy a gritar con orgullo. Hoy suelto las cadenas y me volveré loca. Porque hoy voy a perder incluso la cordura. Hoy.

Quién sabe lo que haré mañana.

martes, 14 de julio de 2015

Buscando llaves

Alguien muy especial me dijo un día "Esto es lo malo de poder coger un papel y expresar más de lo que puede llegar a salir de tu boca, que te toca leerlo y afrontarlo".

Es maravilloso poder ponerle palabras a mis emociones, pues es una privilegio que muchos no se pueden permitir, significa darle vida a un sentimiento que no puedes explicar con algo tan simple como el habla. Pero a veces se hace duro afrontar lo que sientes, admitir que eres tan humano como el resto y que todo eso que has escrito es algo que está dentro de ti.

Si lo piensas bien, si nunca lo llegas a expresar, no existe, se queda ahí, en tu pensamiento, está ahí, contigo. Pero de cualquier forma, si lo cantas, si lo bailas, si los actúas, lo escribes, los pintas, lo dibujas, lo tocas en forma de música... le das vida, y te pongas como te pongas, es tuyo.

Creo que en el fondo nos gustaría encerrar en una jaula todo aquello que sentimos, y deseamos perder la llave tan lejos como sea posible. Pero no podemos. Por eso se inventó el arte. Como una forma de expresión que ha ido evolucionando con el descubrimiento de cada talento. Tu eres el creador de ese sentimiento en forma de arte. Menos mal que ni Bach, ni García Márquez, ni Da Vinci, Shakespeare, Depp, Whitney Houston... perdieron su llave, porque aunque les dolió expresarse, porque estoy segura que dolió, de no haberlo hecho no sé habría sido de nuestro mundo. Todos, todos, lee bien y presta atención, todos, llevamos un artista en nuestro interior.

No lo encierres.

Im(perfectos)

Se nos olvida que somos humanos: que nos enfadamos, que lloramos, que tenemos hambre, que sufrimos de envidia, que reímos, que amamos o que cometemos errores; se nos olvidan nuestros propios instintos más primarios y cuando llegan y nos tocan, nos cuesta admitir que son nuestros. Porque al fin y al cabo no somos más que un experimento de perfección que nunca ha dado resultados. Me encanta nuestra imperfección, me encanta que la vida consista en lidiar con nosotros mismos. Somos tan diferentes, tan parecidos, tan normales y tan raros, que contradiciendo a cualquier filósofo, es imposible definir al ser humano.

Me gusta cuando hablamos de personas y no de gente. Porque las personas somos tú, yo, él, nosotros, vosotros y ellos. La gente es aquella que no es nadie y somos todos. La gente dice, las personas hablan, la gente miente, las personas son sinceras, la gente odia, las personas quieren... ¿no te suenan todos esas frases sin acabar? Cuando hablamos de personas, nos referimos a la parte humana, a la parte que siente, y a la gente la nombramos cuando hablamos de la parte fría de nuestra propia humanidad.

Por todo esto, cuando hablo de los seguidores de este blog, hablo de "mis personitas" porque sois esos humanos que sienten cuando leen, y me hacen sentir cuando comentan. Otra vez. Gracias por ser una personita tan increíble y leer cada bala sin dirección.


domingo, 7 de junio de 2015

Do what you love

No es que no sepa que quiero hacer. No es que no sepa qué me gusta. Ni siquiera es que no sepa cuales son mis sueños. Es que lo quiero hacer, lo que me gusta y mis sueños, probablemente aún no están inventados. 

¿Cómo iba a saber hace 50 años una persona que su pasión eran los ordenadores? ¿O que su talento era presentar un programa de televisión para niños? ¿O que su profesión se encuentra en subir vídeos a una plataforma que se creó hace 10 años? No lo hemos inventado todo. Y menos mal. Hay una infinidad de ideas que aún no se han desarrollado, por miedo, por falta de tiempo, de confianza o de recursos, o por gilipollas. Pero el caso es que si los jóvenes no estamos seguros de "qué queremos ser de mayores" es muy probablemente porque el trabajo ideal lo deberíamos inventar nosotros mismos. Otra cosa es tener los recursos, para ello existen entre otras cosas las carreras, para tener unas ciertas bases para desarrollar tus ideas. Pero a la mayoría nos enseñan que con mucha suerte, trabajaremos de lo que hemos estudiado y ese será el punto más alto al que podemos aspirar. Y no. Si aprendes a utilizar lo que tienes, podrás desarrollar lo que te falta. 

Sir Ken Robinson escribió el "El elemento" que se resume en la frase "Descubrir tu pasión lo cambia todo". Si descubrimos aquello que amamos, seremos capaces de cambiar el mundo, pues estaremos dispuestos a investigar en nuestro campo, a inventar, estaríamos incluso dispuestos a pagar por hacer lo que nos gusta. Por eso mismo, no nos deberíamos quedar en la profesión que nos gusta, sino en buscar hasta el fin aquello en lo que sientes único. También puedes ser un abogado o un periodista y sentirte único, porque lo haces tan bien y te sientes tan genial cuando acaba el día, que no necesitas más. 

Es decir, que como aún no sé a qué quiero dedicar mi vida y mi tiempo, voy a luchar por mis ideas y a inventar mi pasión. Porque al fin y al cabo, si no lo hago yo ¿quién lo va a hacer?

sábado, 30 de mayo de 2015

We're all mad here

Aquí estamos todos locos. Y menos mal que lo estamos. Porque de no ser así, nos convertiríamos en personas normales, y entonces sí que tendríamos problemas.

La locura está escrita en nuestro ADN, no tenemos escapatoria, estás loco y es mejor que lo reconozcas antes de que alguien te trate como una persona normal. La primera definición de loco es "que ha perdido la razón". ¿Cómo se pierde la razón si cada uno tiene la suya? ¿Es que hay una fijada? ¿Cuál es? Por lo tanto, ¿todos los niños están locos? ¿Quién dice que es lo normal? ¿Quién dicta la norma racional? ¿Eres tú? ¿Es él? ¿Soy yo? No. claro que no. Un loco, según mi desordenada razón, es aquel se arriesga, aquel que lucha, aquel que inventa,  los pioneros, el que le da igual, el frenético, el desordenado, el tonto, el listo, el soñador y el perdedor. Todos. 

Acusaron de loco al primero que dijo que la Tierra era redonda. También fue un loco el que corría en dirección contraria. No se escapó de la hoguera Juana de Arco; curioso que 500 años después fuera perdonada, aunque en realidad, nunca dejó de ser una majareta. Lo de Juana la Loca ya es un chiste y lo de Joseph Kittinger (el loco que saltó desde la estratosfera) es completamente irracional. No podemos olvidar a los que dan todo por amor, esos sin duda son los más locos de todos y los que mueren defendiendo su idea no tienen ni nombre.

Confundimos a los locos con los psicópatas. Los locos cambian el mundo, y dado que todos podemos cambiar el mundo, de la locura no se escapa nadie. El problema es que le tenemos miedo a esa palabra (por si nos toman por psicópatas) y por eso hay pocos cambios en este mundo. Por tanto, loco es sinónimo de cambio, y como los cambios nos asustan, está implícito que le tengamos miedos a los dementes. Pero te digo yo, que no es que unos sean más normales que otros, sino que algunos lo esconden mejor. Así que loco es sinónimo de cambio, y como los cambios nos asustan, está implícito que le tengamos miedos a los chalados. 

Querido loco, tú que estás leyendo esto, atrévete a hacer esa locura que tanto llevas pensando. Siéntete orgulloso de ser un loco, un demente, un chiflado, un majareta, un desequilibrado y un lunático. 

Porque aquí estamos todos locos. Y menos mal que lo estamos.


sábado, 16 de mayo de 2015

Buen sabor de boca

¿Alguna vez te has preguntado el por qué?
Simplemente no lo vuelvas a hacer. Simplemente deja de preguntarte cosas y déjate llevar. Simplemente olvida por un momento que existen consecuencias y castigos, y simplemente, disfruta.

Quizás este es nuestro problema, estamos tan obcecados en el futuro y en lo que va a pasar, que olvidamos lo que está pasando. No tenemos ni idea de las cosas buenas que tiene la vida, porque en todo momento pensamos que se acabarán, en algún momento, algún día, eso se acabará, y probablemente nunca vuelva, pero ¿y qué? Vendrá algo mejor, o quizás no, pero algo vendrá, seguro.

"Las buenas cosas se toman en pequeñas dosis" Creo en esa frase. Debemos disfrutar las cosas poco a poco, de lo contrario no terminaría quemando. Todo aquello que cae en la rutina acaba cansando y se termina odiando. Por eso digo que disfrutes lo que te gusta, que dejes de preguntarte por
qué se acaba o por qué está ahí. Por eso cuando disfrutes, disfruta. En algún momento se acabará sí, pero no te quedarás con ese mal sabor de boca que nos deja eso de no haberlo aprovechado.

viernes, 8 de mayo de 2015

Porque a mí


¿Por qué a mí? Por qué a mí, cuando en realidad quieres preguntar que por qué no él. Por qué a mí cuando alargas la pregunta más de la cuenta y sólo quieres preguntar por qué. Por qué a mí, cuando no acabas las frase y olvidas decir `a mí que soy tan bueno´. Por qué a mí si ya me ha pasado todo lo que me puede pasar, por qué a mí si nada puede ser peor, por qué a mí que lo he hecho todo tan bien. ¿Por qué a mí y no a ti? Por qué a mí?


La pregunta revela la parte egocéntrica y narcisista que todos tenemos bien guardada. Unos mejor que otros. También muestra un toque de desesperación al no saber qué más puede pasar. No olvidemos la parte egoísta que sale a la luz y por supuesto, la parte dónde no se nos ocurre pregunta mejor para justificar que la culpa no es nuestra. La pregunta enseña la agonía más grande que podrás sentir. La pregunta se hace cuando crees no merecer lo que te pasa, pero siento decirte, que eso es precisamente lo que te mereces. Y no vengas con cuentos, porque en el fondo, todos sabemos quién eres. 

A decir verdad, la pregunta no es una pregunta, es una excusa. Un maldita excusa. Si te ha tocado vivir eso, no te preguntes por qué a ti, pregúntate qué hacer. Deja de perder el tiempo intentando buscar otro culpable y justificando que la vida te trata mal. Tampoco te bases e el destino o en la suerte, ni el karma, ni en un Dios. Aprende esto, TÚ. Tú solucionarás tus problemas, tú has ganado todo lo que tienes, tú mereces todo lo que eres, tú puede salir de ahí. Y todo lo demás, son simples excusas que no llegarán a nada. Por eso, quita los signos de interrogación, y di `Porque a mí´y cuando la acabes, tendrás la solución. Porque a mí, nada me puede. Y fin. 

lunes, 27 de abril de 2015

1.

Un año... un año... Que se dice pronto... un año. ¿Cuántas cosas pasan en un año? Un año. Suena enorme, con eco, con musiquita épica de fondo. ¿Dónde estaríamos hace un año? ¿Dónde estaremos en un año? ¿Cuántas cosas han pasado este año? Preguntas que se quedarán cortas las contestes como las contestes.

Pero yo lo voy a intentar. Hace exactamente un año, hoy 27 de abril, estaba dispuesta a evolucionar, a crear este blog. Creo que nadie se imagina lo que siento cada vez que le doy al botón de "publicar", cuando que encuentro la foto perfecta que resuma lo que transmito, cuando de repente un día aparece sin querer la inspiración y no puedo dejar de escribir.No sé si puedo explicar con palabras lo que esto significa para mí, cada visita, cada felicitación, cada comentario, cada todo. Para mi no es un hobby, o algo que hago cuando estoy aburrida, es mucho más que eso, es mi pequeño espacio en un mundo demasiado grande, lo hago cuando necesito hacerlo, no en cualquier momento, y el hecho de que os guste, que leáis cada entrada sin faltar y que ya llegue a más de 1000 visitas es lo que hace seguir con mucha ilusión.

Y ahora para ser sincera, debo decir estaba a dispuesta a cerrarlo por motivos personales, pero no soy capaz, esto ya no va de mi, va de nosotros, y aunque a veces quiera pasar de todo, en algún otro momento lo voy a necesitar. Así que por ustedes, por mi, por nosotros, todavía quedo mucho que leer, y que pensar.

Feliz aniversario personitas.   

miércoles, 22 de abril de 2015

Molestas.

¿Qué? ¿Qué? Responde ¿Qué más esperas de ti? ¿Qué? ¿Vas a salir corriendo otra vez cuando no puedas más? Acéptalo. No puedes más. Eres humana, mortal y persona. Así que para ya. 

Tus expectativas son muy altas, y sí, es genial ser ambicioso pero te repito: No puedes más. Ya no es cuestión de una derrota ni de un fracaso, es cuestión de que todos tenemos límites y tú ya has llegado al tuyo. No lo mires como algo malo, simplemente has dado todo lo que podías dar. 

Es imposible complacer a todo el mundo, aguantar toda la rabia, soportar el dolor del rechazo, aceptar que cualquiera te mangonee y dejarte vencer dando la razón al primer grito. DEJA DE AGUANTAR. No es necesario, en serio, no hace falta. No pises a nadie, pero no te dejes pisar. Andas buscando soluciones como si fueras la salvadora del mundo, y no eres más que una mindundi, una gota en el océano, un pez de ese mar. No significa que algún día remuevas la Tierra, pero no tienes por qué hacerlo.  Siempre tan pendiente de las consecuencias, del qué pasará, del qué pasó, del qué será y del que fue que te has olvidado del qué es. ¿Y qué es? Pues tú. Tu eres lo que eres, no lo que fuiste ni lo que serás. Así que deja ya de hacerte la víctima y corre a decirle a la primera persona que te moleste, que molesta. 

Todos tenemos sentimientos, y eso te incluye a ti, así que por favor, no le hagas daño a nadie, pero demuestra que tú también eres parte del todo. Te duele lo que te dicen, lo que hacen y lo que pretenden. Acéptalo. Y cuando lo hayas aceptado

Ven.

Y dímelo.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Stop desalmados

Tras leer la columna de Rosa Montero, la cual trata el caso de una joven desahuciada por unos desalmados, creo que la situación de Rosario Morcillo es extrema, si algo más le pudiera ocurrir se confirmaría la ley de Murphy. Este tipo de hechos me entristece especialmente, no solo por la situación de las familias en general, sino por la inhumanidad que sale a luz ante este tipo de casos, pues hay que tener mucha falta de empatía para tomar este caso como uno más ante la ley. Y esto se debe, como no, al poderoso caballero “Don Dinero” que en las sociedades modernas se antepone a todo acto de bondad. Los desahucios son crecientes en España, y habiendo ya millares de sitios ocupados “debajo de un puente” y miles de casas ocupadas por los bancos, no entiendo aún cómo en pleno siglo del “desarrollo” somos capaces de aceptar tales aberraciones, ni por parte de los ciudadanos, (que no son pocas pero tampoco suficientes las manifestaciones) ni por parte de los altos cargos, que espero que aún les quede un poquito de alma y sientan algo de compasión por estas familias. No sé si con la ley en la mano se puede hacer más por ayudarles, pero ¿y con el corazón?


lunes, 16 de febrero de 2015

Deja de ser tú.

No sé si es que el mundo se ha vuelto loco y soy la única que se ha dado cuenta, no sé si es que me he vuelto loca y el mundo no quiere decírmelo, no sé si es la vida la que quiere mantenerme a raya, o si yo misma he decidido alejarme. Tampoco sé si es que los humanos se han tornado a tontos o soy yo la que no entiende, pero lo que sí sé, es que este juego dejó de tener sentido hace muchos años. Miradnos, ¿en qué nos hemos convertido?  No somos más que máquinas, que robots mal ajustados, pasados de vuelta. Me avergüenza nuestro futuro sobre la Tierra, pues no sé en qué momento hemos pasado a ser una generación de artistas, a ser una panda de políticos.

Hoy en día, no hay otro tema que se escuche en la calle que los robos de aquel, falsas promesas del otro, aumento de impuestos o vete tú a saber, yo ya hago oídos sordos. Lo que digo, es que mires dónde mires solo hay gente seria, triste, cansada, estresada, gente que llega tarde, que  no sabe ni dónde va o lo peor, que no sabe de dónde vienen; niños que juegan tras una pantalla, jóvenes que no saben qué hacen, adultos que no saben lo que han perdido y viejos arrepentidos de haber perdido la vida. ¿Qué nos pasa, mundo? Esto se nos está yendo de las manos. ¿Dónde está la esencia de la vida? Esa que alguna vez descubrimos a través de un cuadro, de un sonido, de una obra, de un cambio de rutina, de un euforia inexplicable, o de una risa sin motivo. Vivimos tan centrados en sacar una foto de lo genial que está siendo nuestro momento, que olvidamos el propio momento, vivimos para trabajar, y trabajamos para vivir, dormimos para soñar, y soñamos sin vivir, olvidamos los sentimientos, tan grandes como el amor, para no destacar y que nadie se de cuenta de nuestra locura. Eso, que somos máquinas, que son pocos los que se plantean su verdadero motivo para vivir y seguir adelante, la mayoría siguen el que creen que es su camino, junto a todos los demás. Aprovechamos sustancias tóxicas como el alcohol o las drogas para alucinar y dejarnos llevar, o utilizamos la excusa de las redes sociales para fingir una maravillosa vida, cosa que todos aspiran a tener, pero que nadie trata de buscar.

Siempre esperando el cambio, sin darnos cuenta de que el cambio somos nosotros.

domingo, 8 de febrero de 2015

#MiniBlog

Quizás lo que necesitaba no era un amigo, ni que se preocuparan por ella,  ni si quiera un abrazo. Quizás lo único que necesitaba era que alguien le ofreciera la paciencia. Un poco de tiempo para que se despejara el mar de dudas y coger fuerzas y algo de confianza. Seguir adelante no es cuestión de fuerza, sino de tiempo, pues fuerte somos todos, de no ser así la vida sería insuperable ¿no? Estaba preparada para todo lo que viniera en cualquier momento, pero necesitaba esperar, simplemente esperar para poder salir del agujero que ella misma había escarbado.

lunes, 19 de enero de 2015

Feliz vida

Durante toda la vida estamos constantemente luchando para seguir adelante y cumplir con nuestro objetivos, ya sean ser feliz, hacer realidad nuestros sueños, morir viejo o aprender a cantar tirolés. Pero creo que hoy he llegado a ese odioso y jodido punto en el que me planteo realmente mis objetivos... Siempre fue ser feliz, pero hace unas semanas que me pregunto ¿lo soy? ¿qué necesito para serlo? ¿por qué dudo de ellos si en estos momentos no puedo pedir nada más? ¿qué es la felicidad? ¿alguien la habrá alcanzado?
Una de las conclusiones a las que llegué, es que no creo que alcance la felicidad plena o vital, pues para mi no existe una felicidad duradera. Cada vez que me preguntan "¿Eres feliz?" Me quedo en blanco; pienso lo bien que me van las cosas, lo que he conseguido y cómo he llevado mi vida, y realmente estoy satisfecha, pero sigo sin saber responder. Quizás la causa por la cuál muchos no son felices, es porque ni siquiera saben qué es la felicidad y por tanto no saben que quieren.
Creo que definiría felicidad como una pequeña euforia que te produce algo o alguien; un instante, unos segundos, un momento, no más. El momento de felicidad que recuerdo con más ilusión fue cuando sentí el aplauso del público cuando acabé mi monólogo reflexivo, cuando vi esas caras con lágrimas, que todos estaban pensado algo sobre lo que estaba diciendo, y que realmente era importante, esos segundo que pasaron entre el fin de mi actuación y el momento que tuve que dejar el escenario, esos segundos fueron tan intensos que marcaron una etapa de mi vida. Todo lo que vino después, las felicitaciones, el aumento de visitas al blog, etc, lo llamo orgullo.

Al fin y al cabo, creo nunca hallaremos un vida feliz porque nos las pasamos entera buscando la felicidad.